Los textos acerca del tiempo de Edmund Husserl (1859-1938) se
organizan en torno a tres núcleos temáticos. En una primero época,
en las Lecciones de fenomenología de la conciencia interna del tiempo
(1904-1905), el hilo conductor es la pregunta acerca de cómo la
percepción de un objeto que dura (tiempo objetivo) es constituida por
una conciencia que vive en el tiempo inmanete y cómo esta es el
resultado de un plano anterior -conciencia interna-. En un segundo
momento, en los manuscritos de Bernau (1917-1918) y en los textos
sobre el carácter pasivo de los procesos de la conciencia (1921),
Husserl profundiza en la relación entre conciencia, reflexión y
temporalidad, y destaca la pasividad con la que se llevan a cabo las
operaciones de constitución de la conciencia. Por último, en los
manuscritos C (1929-1934) introducirá la noción de presente viviente
como centro desde el que pensar toda la temporalidad. A la par que una
investigación sobre el carácter eternamente enigmático del tiempo,
los análisis de Jusserl revelan el ser fundamentalmente temporal de
nuestra conciencia, en un ejercicio riguroso de pensamiento que lleva
a la fenomenología hasta los límites de su potencial descriptivo.